EMPATÍA Y PERSONAS ALTAMENTE SENSIBLES

Las personas altamente sensibles, debido a nuestra configuración y actividad neuronal, tendemos a reaccionar intensamente a las emociones ajenas. La empatía es uno de nuestros valores más arraigados, pero a menudo se transforma en uno de nuestros mayores retos. Situaciones dolorosas o estresantes de nuestro entorno pueden volverse extremadamente agobiantes y difíciles de manejar.

En este artículo compartiré algunos recursos para gestionar la empatía siendo una persona altamente sensible, para que puedas manejar el agobio y los episodios de tu entorno con mayor equilibrio y balance.

Primero, definamos qué entendemos por empatía. La empatía es la capacidad de sentir como propio el sufrimiento del otro. La teoría neuronal explica este fenómeno a través de las neuronas espejo, que son capaces de leer el comportamiento de los demás y activar áreas de nuestro cerebro asociadas a la acción percibida por nuestros ojos. Así, cuando nos enfrentamos al dolor, llanto o pena de alguien a nuestro alrededor, nosotros, las personas PAS, activamos las mismas áreas del cerebro y por eso experimentamos tanto agobio frente a las emociones ajenas.

CÓMO GESTIONAR LA EMPATÍA

Desde la perspectiva del mindfulness, lo primordial es estar consciente de que todos los seres humanos experimentamos dolor en la vida. El dolor y la pena son emociones intrínsecas a la experiencia de vida y pertenecen al sistema límbico del cerebro, mientras que la llamada consciencia o presencia en el momento actual reside en el córtex prefrontal. Por lo tanto, el primer recurso para gestionar el agobio es activar una parte diferente de nuestro cerebro en el proceso de percepción de las emociones.

¿Pero cómo puedo de forma consciente realizar esta acción?

Existe una diferencia crucial entre empatía y compasión. Si la empatía está regulada por nuestro sistema límbico, siendo un proceso mayormente inconsciente, la compasión, por su parte, es un mecanismo consciente, elegido, que pertenece al córtex prefrontal de nuestro cerebro. La forma consciente de gestionar y activar nuestro córtex prefrontal es practicando la compasión.

¿QUÉ ES LA COMPASIÓN?

La compasión es la plena consciencia racional de que todos los seres humanos, incluido nosotros mismos, atravesamos dolor en la vida. Además, es la capacidad de brindar apoyo con desapego al resultado. Hay situaciones en la vida que simplemente no tienen solución o que están fuera de nuestro alcance. Esto implica que la empatía puede tener un costo mayor, pues como persona altamente sensible, es probable que terminemos drenadas energéticamente y frustradas ante la incapacidad de resolver el problema. Sin embargo, la compasión es una práctica basada en la consciencia y la noción de que, aunque no tenemos el poder de resolver la situación en su totalidad, podemos ofrecer nuestra presencia, cariño y soporte, desapegándonos de la idea de una solución rápida o inmediata.

Este no es un proceso automático; requiere que mantengamos una buena higiene de nuestro sistema emocional, estando regulados y habiendo atendido primero nuestras necesidades tanto biológicas como emocionales, para poder adentrarnos en el universo emocional de otra persona.

Es crucial desterrar la idea de que el autocuidado es sinónimo de egoísmo o de no pensar en el otro. Para poder practicar la compasión regulando la empatía, primero tenemos que practicarla con nosotros mismos.

Si deseas profundizar en la práctica de la compasión, puedes acceder a esta meditación de unos pocos minutos para comenzar el camino de la regulación emocional.

Y recuerda que es fundamental que te escuches sin forzarte a sostener situaciones que atenten contra tu bienestar.

¡Tuve una de las mejores experiencias de la mano de Ailu! Fué increíble todo lo que logramos y todo lo que me quedó para poder continuar trabajando. Fue mi primera vez en este camino y hacerlo de la mano de ella fue hermoso. ¡Gracias por dejarme una de las más enriquecedoras experiencias! ¡Se los recomiendo! Hagan y experimenten que es hermoso el camino por recorrer.
Bárbara
Paciente de Registros Akashicos
Siempre fui muy esceptica sobre todos éstos temas. Llegué a la consulta y Ailén me hizo sentir muy cómoda. Me explico como sería todo. Nunca habia entendido la astrología de la forma que la experimente con ella. Mi carta Akashica fue un antes y un después en mi vida. Ahora tengo un hermoso libro de mis astros para consultar cuando lo necesito. ¡Haganlo!
Valeria
Paciente de Carta Akashica
Estaba muy ansiosa los días previos a mi sesión. Llegué a Ailu por recomendación de mi psicológa, porque ellas trabajan juntas haciendo un seguimiento integral de cada paciente. El trabajo que hice con Ailu me dió herramientas para seguir trabajandolas en terapia.
Además de ser removedor es sanador y Ailu tiene una ternura y amorosidad que te hace sentir en paz.
Diana
Paciente de Registros Akashicos

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