
Sanando las Heridas de la Infancia: Un Camino hacia la Liberación Emocional

Las heridas de la infancia son marcas emocionales profundas que se forman durante los primeros años de vida debido a experiencias de trauma, negligencia o malentendidos emocionales.
Estas heridas, si no se tratan, pueden resonar en tu vida adulta, afectando tus relaciones, autoestima y bienestar emocional. Vamos a explorar algunas de las heridas más comunes y cómo se manifiestan en la vida adulta:
El Rechazo: Causada por la falta de afecto o reconocimiento por parte de los cuidadores. Puede manifestarse en la adultez como miedo al rechazo en relaciones personales o profesionales, llevando a comportamientos de evitación o a una adaptación excesiva a las necesidades de otros para sentirse aceptada.
El Abandono: Ocurre cuando se experimenta la separación física o emocional de un ser querido durante la infancia. En la vida adulta, esto puede traducirse en ansiedad de separación, dependencia emocional o dificultades para establecer vínculos seguros.

La Humillación: Surge de ser criticado o ridiculizado durante los años formativos. Esto puede resultar en una baja autoestima, un diálogo interno negativo constante y un miedo paralizante al fracaso o al juicio.
La Injusticia: Se desarrolla cuando se crece en un ambiente donde las reglas y las decisiones parecen arbitrarias o sesgadas. Esto puede llevar a desconfianza en la autoridad y problemas con la autorregulación emocional.
La Traición: Experimentada cuando se rompe la confianza básica, especialmente por parte de aquellos que deberían ofrecer seguridad. En adultos, esto puede manifestarse en desconfianza crónica y problemas para comprometerse en relaciones o proyectos.
El Desprecio: Se forma cuando se siente menospreciado o no valorado repetidamente en la infancia. Puede causar dificultades en valorarse a sí misma y buscar constantemente validación externa.

Además, muchas de estas heridas pueden ser transgeneracionales, pasando inconscientemente de una generación a otra, perpetuando patrones de comportamiento y reacción emocional que pueden dificultar aún más la sanación personal.
Si te ves reflejada en alguno de estos patrones o si sientes que las sombras de tu infancia aún pesan sobre tu presente, te invito a contactarme.
Juntas podemos trabajar en un espacio de acompañamiento terapéutico donde te guiaré hacia la sanación y la recuperación de tu autonomía emocional.
No dejes que las heridas del pasado dicten tu futuro.
Agenda una cita hoy y da el primer paso hacia una vida más saludable y feliz.

Además de ser removedor es sanador y Ailu tiene una ternura y amorosidad que te hace sentir en paz.